El tratamiento psicológico ayudará al sujeto a gestionar mejor sus emociones y sentimientos. De forma paralela, resultan útiles diversas medidas como la reducción del estrés, la potenciación de la red social de apoyo (pareja, familia y amigos), así como la realización de ejercicio físico.
El tratamiento más eficaz es la asociación de fármacos antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina con las psicoterapias conductuales, cognitivas, interpersonales y de grupo. Sin tratamiento, puede evolucionar a una depresión mayor, llamada "depresión doble".