ATAQUE DE PANICO Y LOCUS COERULEUS

“La paz viene de adentro, no la busques afuera”. Budismo.

1) Introducción:
La ansiedad (procede del latín anxietas, “angustia, aflicción”), es un mecanismo de defensa natural del organismo frente a estímulos que son percibidos como amenazantes o peligrosos. Se trata de una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las medidas necesarias para enfrentarse a él.

Ataque de panico y locus coeruleus:

Clásicamente, la ansiedad ha sido entendida como la respuesta generada ante el estrés. Hans Selye (1955) habla de reacción de alarma de carácter defensivo, que permite afrontar una situación de peligro; de tal forma que el estrés activa un conjunto de reacciones (“síndrome general de adaptación”), entre las que se incluyen respuestas conductuales y fisiológicas (neuronales, metabólicas y neuroendocrinas). Hoy en día, la ansiedad es reconocida como el trastorno psiquiátrico más frecuente en la población general. Así mismo, el ataque de pánico es su presentación aguda habitual.

2) Ansiedad normal VS ansiedad patológica.

La ansiedad es una la respuesta adaptativa del organismo que se activa como sistema de alarma ante un peligro potencial. Bajo condiciones normales los síntomas de la ansiedad son imperceptibles, pero cuando la situación se vuelve crítica, el individuo toma una actitud hipervigilante hacia el entorno, aumenta su tensión muscular y aparecen numerosos síntomas autonómicos, entre los que destacan palpitaciones, sudoración, falta de aliento o molestias digestivas. En sentido genérico, el organismo se prepara para dos posibles desenlaces: atacar o huir. El problema reside en que la sociedad moderna condiciona que dichas respuestas no sean posibles de forma inmediata, forzando al individuo a permanecer pasivo, lo que conlleva aprender a controlar la tensión interna. En éstos casos, el nivel de ansiedad puede incrementarse mucho, hacerse permanente y transformarse en patológica. Ésta situación resulta ineficaz, porque se manifiesta con gran intensidad, se mantiene en el tiempo más de lo debido y aparece de forma espontánea sin un estímulo desencadenante, en forma de ataques de pánico o crisis de ansiedad intermitentes.

3) Centros cerebrales del control de la ansiedad.

No existe una región única encargada de la integración de la ansiedad en el cerebro humano, pero la mayoría de ellas se ha localizado en el sistema límbico. Dentro de ésta zona del encéfalo, la investigación se ha centrado sobre todo en el hipotálamo, la amígdala y el locus coeruleus. Aunque existen muchas más estructuras involucradas en la modulación de la ansiedad, se ha visto que la estimulación eléctrica del locus coeruleus o de la sustancia gris periacueductal produce conductas que simulan signos de ansiedad o de verdaderas crisis de pánico en animales de experimentación.

Por el contrario, la destrucción de la amígdala produce una disminución de la ansiedad. En monos a los que se les han destruido las dos amígdalas, se ha observado que desarrollan un exceso de confianza excesiva, que incluso pone en peligro su propia supervivencia. Parece por tanto, que si bien el locus coeruleus actúa como el centro que estimula el incremento de la respuesta ansiógena, la amígdala cumple en cambio, la función de modular o atemperar dicha respuesta.

4) Avances recientes de la investigación sobre el locus coeruleus.

El locus coeruleus (LC) es uno de los núcleos más pequeños, pero más extensamente proyectados en el cerebro. Se localiza en el tronco del encéfalo y contiene fundamentalmente neuronas cargadas de Noradrenalina como neurotrasmisor primario. En un humano adulto sano, el locus coeruleus puede llegar a estar formado por entre 22.00 y 51.000 neuronas pigmentadas de color azul, las cuales puede variar en tamaño hasta el punto de que las más grandes doblan en volumen al resto. Son un grupo compacto de neuronas cuyas proyecciones se distribuyen ampliamente a lo largo de la neuraxis, desde la médula espinal hasta la neocorteza.

Se ha observado que su actividad disminuye durante el sueño y se incrementa durante la vigília, donde parece que cumplen la función de modular el comportamiento. En ésta línea, investigadores como Aston-Jones y Cohen (2005), han teorizado respecto a su función. Han propuesto que las neuronas allí ubicadas se activan de forma fásica en respuesta al resultado de la decisión, lo que ayuda a ejecutar respuestas conductuales adaptativas. Debido al aumento de la liberación de noradrenalina, las principales funciones del nucleus coeruleus son aquellas relacionadas con los efectos que el sistema nervioso simpático ejerce sobre las respuestas de estrés y de miedo.

Investigaciones recientes también señalan la posibilidad de que este centro del tronco cerebral sea de vital importancia en el correcto funcionamiento de los procesos de vigilia. De la misma manera, otros estudios vinculan la disregulación del locus coeruleus con el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), así como con la fisiopatología de las demencias, las cuales están relacionadas con la pérdida del estímulo noradrenérgico.

M. Ponce, Médico Psiquiatra

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ATAQUE DE PANICO Y LOCUS COERULEUS:

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